Desde que sacamos la pieza del agua debemos tener sumo cuidado con ella si pretendemos naturalizarla, para ello es conveniente que la sujetemos con nuestras manos ya que si lo dejamos en el suelo saltará y se retorcerá dañandose así las escamas y la piel. La forma mejor de conservarla es congelándolo tal cual se ha pescado, envolvíendolo bien en varias bolsas grandes, de basura por ejemplo. Si tan solo es la cabeza lo que quiere naturalizar, caso de la cabeza de un lucio, deberá cortarse la cabeza unos 25 cm desde las aletas pectorales hacia la cola. Imprescindible que siempre esté bien protegido con las bolsas ya que estás harán que la piel no se desidrate y no pierda propiedades